Cuando estamos por ahí de viaje y nos alojamos en un hotel, en lo que menos pensamos es en contratar un abogado, pero no debemos olvidar que nos puede pasar absolutamente de todo. Por ejemplo hace poco mi amigo Carlos estuvo de viaje por varios países, y en una de éstas perdió o le robaron al descuido el pasaporte. Y así de buenas a primeras, se encontró en un país extraño donde no conocía el idioma, sin amistades y sin embajadas europeas a las que dirigirse a pedir ayuda, o al menos un documento provisional de viaje, que hiciera las veces de pasaporte.
Además tuvo un susto con la policía de ese país, por algo que en España no sólo no es delito, sino ni siquiera falta o infracción administrativa, pero que en ese país si que lo era. No obstante tuvo suerte y lo creyeron, por lo que el asunto quedó en una simple anécdota, pero ¿y si no hubiera sido así?
Mi novia dice que yo estoy paranoico, a lo que le respondo no sin cierta parte de razón, que el que yo esté paranoico (nunca he negado lo contrario) no significa que no haya una conspiración contra mi. A lo que iba, dice que estoy paranoico porque cuando viajo y antes de salir, lo hago con varias fotocopias de toda la documentación incluyendo documentos de viaje, que me envío a destino por correo ordinario, e incluso a mi propia cuenta de correo, pues nunca se cuando los voy a necesitar o no.
En el viaje del que ya he hablado de mi amigo Carlos, pudo salir del brete gracias a los servicios jurídicos que tenía contratados con Affinion International, quienes por correo electrónico le resolvieron todo el papeleo, y en un par de días pudo continuar viaje, ya con su nuevo y flamante pasarte que le hicieron llegar por vía diplomática a la embajada de un tercer país.
¡Hay que ser previsores! Por si acaso...
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