septiembre en la universidad. ¿Quiere decir que no le he causado mala impresión? Bien la melosa cara del gordo se echó hacia atrás•. Me dijeron que usted ganó cien dólares con los naipes, y que luego los dejó en el bar. Ya se había metido en otros cien, en buena compañía cuando su esposa llegó en un taxi. Se movió con cautela, sus pies explorando en torno para no tropezar. Se estiró para tocar la mesita de noche al aproximarse. Exploró con la punta de los dedos. Los dedos enguantados encontraron una pequeña pila de monedas.
No le interesaban. Las monedas hacían ruido. Pero donde había monedas, era probable que estuviera la cartera. ¡Ah!, la había encontrado. Y muy abultada. tercercamino Millones de ciudadanos de todo el orbe, acuden a nuestra costa, en busca de sol, playa y chiringuitos, y a ninguno le interesa, alojar la garrapata que prolifera en la dunar, que los tiranos de costas implantando están. La dunar es para los parques naturales costeros, pero hay que erradicarla de las playas públicas para que deje de ser un almacén de basura y molestos insectos que nos chupan la sangre y nos inyectan todo tipo de enfermedades. Los derechos humanos de los ciudadanos han de prevalecer sobre los de las garrapatas que nos impone esa tiránica y anticonstitucional ley de costas ¿Cómo puede España pedir a otros países seguridad jurídica? Si la ley de costas la ha hecho desparecer en España. Ya está bien de recortar derechos y bienestar en vez de erradicar la ley de costas y a todos sus funcionarios que consumen nuestros impuestos, nos privan de nuestros derechos más elementales y ahuyentan nuestra principal fuente de bienestar.
No tengo apetito dijo moviendo la cabeza. Levantó los ojos, encontrando la mirada tranquila del negro. Supongo que pensarás que tengo mi merecido. movía la cabeza dubitativo. En definitiva, hotel claramente recomendable, tanto para disfrutar de unos díasvacaciones en pareja o en familia. Nosotros esperamos poder volver muy pronto. dio una entonación especial a su voz. Agradecimientos: Al personal y los dueños del hotel, que soportaron pacientemente mis insistentes preguntas acerca del lugar y me guiaron por los rincones más secretamente fronterizos del pueblo. También a Jesper Nielsen, autor de la imprescindible Borderbase, que visitó antes que yo el lugar y me indicó donde encontrar rarezas fronterólogas.
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